fotógrafos málaga – boda en fuerte de estepona

No hay nada mas verídico para explicar una boda que las palabras de los propios novios, acompañadas como no, de esas fotografías que como fotógrafos málaga hemos podido volver a revivir esos momentos inolvidables. Por eso, desde Evenpic fotógrafos málaga, os dejamos con las palabras que Raúl y Patricia nos han hecho llegar, para completar este reportaje fotográfico del día de su boda:

Boda en Hotel Fuerte Estepona

Hace poco más de un año Raúl y yo decidimos casarnos mientras cenábamos tranquilamente en casa. Cuando se lo dijimos a nuestros familiares no nos creían, ya que nunca antes habíamos hablado del tema. La fecha de celebración se eligió pensando en el calor que hace en verano en la Costa del Sol.
Antes de contratar a Actievents para la organización de la boda, nosotros ya habíamos estado mirando hoteles donde realizar la boda y el Hotel El Fuerte de Estepona nos gustó desde el principio. El hotel nos ofrecía una boda en un marco precioso, con grandes jardines y con vistas al mar. Cuando nos concertaron la cita para enseñarnos las instalaciones no nos lo pensamos mucho, y, ese mismo día, reservamos la fecha para la celebración.
A la hora de elegir el vestido de novia, Patricia se fue hasta Madrid, ya que ella es de allí y quería buscar su vestido de novia en compañía de su familia. Después de probarse siete vestidos se decantó por el modelo Dalia de Pronovias. En cuanto al traje del novio, decidió comprarlo en Santos y Eva Novios, y, tras probarse tres modelos de trajes, se decidió por el que lo hacía parecer más novio.
A la hora de elegir al fotógrafo lo teníamos claro, ya habíamos visitado varias veces como fotógrafos málaga la página de Evenpic y nos gustaba mucho su forma de trabajo y el estilo de fotografía que realizan, por lo que las dos reuniones que tuvimos con Evenpic nos confirmaron que habíamos acertado al elegirlos para nuestra boda.
La decoración de la boda nos ayudó a crear un ambiente romántico, la única pega es que ese día hizo mucho viento y no pudieron encender las velas, pero incluso así quedo todo precioso. Toda la decoración iba en tonos blancos y azules, esto se debe a que cogimos los colores por ser seguidores de la serie Doctor Who, que estuvo muy presente porque los gemelos del novio llevan el símbolo de dicha serie.
El ramo de la novia estaba compuesto por rosas color champán y por verónicas, que le daban un toque de color, mientras que para nuestras amigas, encargamos unos ramilletes que iban compuestos por una pulsera de perlas y las flores del ramo de la novia. La idea surgió cuando les pedimos a nuestros amigos que llevaran pajarita, y la novia de uno de ellos nos propuso la idea del brazalete.
A la hora de empezar las fotos, el primer turno le tocó a Raúl, al cual pillaron en la ducha. Hicieron fotos de todos los detalles así como de los padres y hermana de Raúl ayudándole a vestirse. Cuando acabaron con él, se fueron a la habitación de Patricia, y mientras se terminaba de maquillar y de peinar, estuvieron haciendo fotos del vestido. Cuando acabó de vestirse, le fueron haciendo fotos con su familia mientras se colocaba los pendientes y la liga.
Cuando a Patricia le tocó bajar, ya estaba muy nerviosa, ya que es muy tímida y no le gusta ser el centro de atención; pero ese día le tocaba serlo. Cuando enfiló el pasillo y vio a Raúl ya no tenía ojos para nadie más, no veía a nadie, sólo podía pensar que estaba muy guapo. Mientras, Raúl estaba boquiabierto observando lo preciosa que estaba la novia e intentando disimular los sentimientos que estaba teniendo en ese preciso momento.
La ceremonia fue muy emotiva, el oficiante era un amigo nuestro por lo que recordó como nos conocimos. Hablaron tres personas, uno de los mejores amigos del novio, y como sorpresa habló la hermana del novio y el padre de la novia. Como la boda tenía un toque friki, el oficiante hizo un guiño a la serie de Juego de Tronos y nombró a siete testigos, formados por amigos de los novios, como los siete dioses que aparecen en dicha serie.
Como detalles para los invitados, a las mujeres se les dieron abanicos que son muy socorridos para este tiempo, mientras que a los hombres se les repartieron unos dispensadores de gominolas en miniatura. A las madres les quisimos dar una sorpresa y les regalamos una biznaga de cerámica para cada una. El ramo de novia no se entregó, pero se repartieron a traición dos ramos a dos amigas para ver si se animan y se casan.
Después de la cena nos retiramos al salón donde se celebraría la barra libre y, antes de realizar el baile inaugural, nos pusieron un video el cual desvelaba el secreto mejor guardado, que no era otro que el destino de nuestra luna de miel.
El baile de los novios fue al ritmo de Always on my mind, de Elvis Presley. En cuanto terminamos empezó la fiesta que se alargó hasta las seis de la mañana.

Después de todo esto solo podemos decir que fue un día estupendo que siempre recordaremos, por estar rodeados de nuestros seres queridos.

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