La alegría de ser un fotógrafo de retratos es poder hacer sesiones de fotos como la que le hice a Javier Castillo, ahora uno de los escritos con mayor proyección en el mundo de habla hispana y con bastante éxito en países de otras lenguas en lo que su libro está siendo adaptado ante la increíble demanda que su libro «El día que se perdió la cordura» esta despertando.
En una sesión de retrato el reto siempre es capturar a la persona y su personalidad, Javier es una persona muy positiva y alegre aunque también posee una gran capacidad de concentración para abstraerse de todo lo que le rodea para focalizarse en aquello que tenga en mente, esta capacidad le valió para que en El mundo lo apodaran como el chico del tren ya que su primer libro lo escribió en el tren de cercanías cuando cada día lo usaba para ir a su anterior trabajo.
No cabe ninguna duda de que cuando se apuesta fuerte y con pasión por algo los resultados suelen llegar más pronto que tarde y el caso de Javi es una prueba de ello y que yo he tenido la suerte de poder vivirla en primera persona y ser el fotógrafo de su primera sesión de fotos como escritor.
Sin mas os dejo con la cita con que comienza su segundo libro, el día que se perdió el amor, «Al final del camino descubrirás que solo dos cosas cambian tu vida: el amor, porque la mejora, y la muerte, porque la termina»
